miércoles, 26 de septiembre de 2012

Tres poemas sobre Oriente Por Lucas Brito Sanchez


Ilustración:Horacio Silvestri

Textos inéditos, extraídos de un libro de próxima aparición.




***
Sobre una mujer que nació y creció cerca del mar: la pachorra del agua, la tempestad, la calma chicha. Olió sal en el viento. A los veintisiete murió en otro continente.
El mar edifica en la mente un mundo difícil de recorrer con la vista. Su vastedad es desalentadora. Pero vivir en sus orillas es más sano: lo dicen algunas revistas. De esto hablan los que están sentados a una mesa azul. Son cinco y es la noche del 31 de diciembre. Comieron pan de atún con ensaladas de remolacha, zanahoria y rábano. Alguien acomodó en la mesa bananas, manzanas, pan crujiente y sirvió té.
Una delicada armonía que se va a romper, como las olas destrozan la costa y se llevan los cangrejos al centro de la tierra.


***
Ilustración:Horacio Silvestri

Los japoneses escriben de la cabeza a los pies.

Los pensamientos pasan por el corazón,
viajan a través de los demás órganos
y se meten en la tierra.
Presten atención: parten desde el cielo.

En occidente se escribe de costado.

¿Se imaginan si los japoneses hubieran invadido América?

Me van a decir que son fríos,
obsesivos, que se inclinan ante todo.

Pero los japoneses escriben desde el cielo.



***
Ilustración:Horacio Silvestri


un incienso te deja lentamente en oscuridad
como el deseo
¿cómo es escribir un montón para despistar?

y está ese músculo fuerte y fibroso
y lunático, de luna en el ático
¿cómo es escribir y tener miedo a que te entienden?

¿qué hacer
con el excedente de las pasiones?
esto no es
lo que quería decirles.

No hay comentarios:

Publicar un comentario