martes, 25 de septiembre de 2012

Adrián Niveyro: “Somos los brujos malos de la gestión”


(Por Mario Caparra) El músico Adrián “Chino” Niveyro analiza aquí los distintos modos en que la discriminación minó la anterior gestión de Cultura. Describe y denuncia los abusos, tanto económicos como sociales, que debió afrontar el Coro Chelalaapi y cómo afectaron al actual panorama de transmisión cultural.

Cuando, hace ya algunos años, conocí al Chino Niveyro, brindaba un modesto, pero intensísimo recital en la Plaza 25 de Mayo. Modesto por su carácter, libre y gratuito y por su puesta escenográfica. Intenso (lo supe años más tarde) por el misterioso, pero indubitable equilibrio de arte y de política, por el melódico assamblage de tono y contenido.

Cuando ya la gente comenzaba a amontonarse y acomodarse, el Chino decretó un intermezzo y levantó su voz en defensa de los derechos de las comunidades indígenas en general y del Coro Chelalaapi en particular. No logro recordar con la debida justeza los puntos del reclamo. Recuerdo, eso sí, la emoción desbordada, la salutación posterior y el extraño nombre de la banda: “konnangai”.

¿Qué significa Konnangai?

En verdad, la palabra exacta es Qonaxagai, que, para los qom es el brujo malo, el brujo jodido. A diferencia del piogonak, que es el brujo bueno, el chamán que te cura, el qonaxagai es el que con una hechicería te va a hacer mal. Konnangai es una adaptación a la fonética criolla.

¿Y por qué esa elección?


El tema era hacerle la contra a Marilyn Cristófani y a su gestión de cultura. Nosotros queríamos ser los brujos malos de esa gestión, queríamos desenmascarar a todos. Marilyn siempre se jactó del coro, siempre remarcaba que el Coro es un impresionante patrimonio cultural, etc, y tenía razón.

Pero el Chino nos cuenta que, en medio de ese planteo, que es correcto, se registraron numerosos abusos. Una vez que el Chino comienza a hablar de deudas inmemoriales y abusos sistemáticos, su historia se narra a sí misma.

Cuando comencé a acercarme al coro, empecé a escuchar las inquietudes del coro. No estaban conformes. El coro se encontraba inserto en la categoría de jornalero. Pero el problema surgía cuando, por ejemplo, el coro tenía que realizar algún viaje, porque antes de viajar le hacían firmar papeles en blanco.

¿Cómo? ¿Con qué objetivo?


Y, por ejemplo, si hacían un viaje de Resistencia a Formosa, le hacían firmar papeles en blanco. Ellos no sabían bien de qué se trataba, pero en esos papeles constaba el monto que supuestamente habían recibido en concepto de viáticos. Por ejemplo, cuando el coro tenía que cantar en Buenos Aires, le correspondía a cada integrante algo así como 150 pesos de viáticos.

El tema es que la mayoría de los integrantes del coro no saben leer. Entonces Nancy Taborda, les hacía firmar papeles y les decía “nosotros los completamos después” y les pagaba 30 pesos y se quedaba con la diferencia.

¿Y vos cómo te enterás?
Me entero a partir de Herminda, una de las integrantes más “criollas” del coro, cuyo marido es abogado. Por eso en la gestión de Marilyn Herminda nunca fue aceptada; porque se daba cuenta de todo. Hasta hoy creo que sigue sin contrato.

En aquella ocasión tuvimos una charla con ella y le preguntamos si sabían lo que estaban haciendo y nos comentó que se dieron cuenta cuando le daban lo 30 pesos y ellos veían que se quedaban con el resto de la guita.

¿Lo sabían todos los integrantes o sólo ella?

En principio lo descubrieron algunos, de modo absolutamente intuitivo. Esto podría haber durado décadas. Pero al enterarse algunos, pronto se fueron enterando todos los demás. Pero incluso cuando todos se dieron cuenta, ellos siguieron en silencio porque tenían miedo de que le sacaran el contrato que tenían

Además muchos de la gestión los hacían sentir discriminados de otras maneras. Por ejemplo Adriana García, cada vez que iban a subir a la Traffic les decía “No comas acá” o “No entres acá con los zapatos sucios.” Son actitudes recurrentes y claramente discriminatorias que, si te las dicen a vos, o a mí…

En este punto de la entrevista la indignación crece hasta el exabrupto. No nos parece pertinente reproducirlo aquí, pero tampoco interrumpimos la narración del Chino que prosiguió, implacable.

Lo mismo podemos decir de la Negrita Godoy. Porque ella sabía que los integrantes del Coro venían todos los días caminando, desde el barrio toba hasta el marechal. Todos los integrantes; incluida Zunilda que ya tenía cerca de setenta años. Y ellos tenían una traffic que era específicamente para llevarlos y traerlos.

La discriminación se hacía sentir, evidentemente, en varios estratos y niveles.

En ocasión de uno de los viajes, Marilyn llegó a decirle a Gregorio (Segundo, violinista del coro) que, aunque el coro viajara “vos tenés que quedarte acá porque van a venir turistas y van a querer conocer cómo es un aborigen, van a venir turistas a conocer indios.”

El Chino nos cuenta que, la marginación, económica y social que experimentaban a diario, no se limitaba al Coro, sino que se extendía a toda la comunidad indígena. Por ejemplo a quienes elaboraba las artesanías que se exponían en el Centro Cultural Leopoldo Marechal “los hacían laburar muchísimas horas para hacerlas y finalmente venderlas a 20 mangos.”


A todo este panorama le atribuye la aparentemente disuelta transmisión cultural en el seno de la comunidad indígena.

Son los mismos padres quienes no transmiten su cultura por temor. Para que no vivan lo que vivieron y aún viven muchos de ellos. Son los mismos padres los que les dicen “tenés que tratar de ser lo más criollo posible” para que no vivan lo que vivieron ellos. Y los hijos, que vieron y vivenciaron todo eso, se resisten especialmente. Entonces, los pibes conocen los instrumentos musicales, conocen su tradición cultural, pero la niegan ante el temor de que otros se rían. Y esto es fuertísimo. Es muy fuerte.

El hijo de Gregorio, que tiene 20 años, vivió todo lo que vivió al padre. Vivió cómo se lo utilizaba y entendió que para Cultura ellos son objetos, una artesanía más.

Sin embargo el Chino afirma que la transmisión cultural, en cierto modo, se encuentra vigente todavía.


Al mismo Gregorio le preguntaron en una charla si es bueno ser aborigen. Él no les dijo si es bueno o no, les dijo que él mantenía lo que le enseñaron sus padres y sus abuelos y defiende lo que el vivió. También la abuela Zunilda le enseña pacientemente sus costumbres a sus nietos.


***
Adrián Niveyro. Vocalista y primera guitarra de la banda Konnangay Pi (Los brujos malos) que en verdad es una adaptación a nuestra fonética criolla. Actualmente lidera la agrupación de folcklore latinoamericano “Ata la quimbamba” que en africano arcaico significa tocar hasta no dar más.

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