NOTAS LOCALES DE CATA -más allá de la caña con ruda-/Mario Caparra/
Vallejo, el barman experimental peruano, lo expresó como nadie: “Hay tragos en la vida, tan fuertes; tragos como del odio de Dios; como si ante ellos, la resaca de todo lo sufrido se empozara en el alma.” Por eso, para
superar el mal trago de esa larga noche, con la luna aún ardiendo y
con gatillo, ofrecemos a nuestros lectores este cocktail refrescante de
improperios, metralladas de saqueos y despojos, y brindamos a la salud
del cáncer pancreático (que no deje ni un segundo de dolerte): Chin,
chin Leopoldo; larga y vigorosa vida a la bronquitis del Georgi y larguísima muerte a tus consortes.
La
plenitud aromática y sensual del trago que invitamos a catar, depende
menos de su justa elaboración que de la exquisita selección de sus
principios. Necesitaremos: dos jeringas de sangre desvelada / Vinos del
recuerdo, perros de tristeza / ruinas de Pompeya / todo el cielo /
Licores del olvido, dos petacas / Reserva Ruttini del 94.
La sangre dormida es muy común y la latente no es tan improbable; pero la sangre desvelada es difícil
de hallar. El argot del sommelier -como el del I-ching o el del
Maestro Yoda- opera de manera oblicua, misteriosa pero indubitable. El
enólogo local Ricci, celebérrimo por destilar este ingrediente, lo describe en estos términos: “La
sangre desvelada. Sus gatillos de fuego vertical me transfiguran. Y es
tarde para armar resentimientos. Arde sola y a Chaco en la impotencia
de huesos irredentos y puñales mellados de injusticia, y se derrama
entre algodones rojos sin destino. Que su luz me perdone y me redima.”
No menos ardua es la obtención y abuso del vino y el licor. Aleixandre Dolinà, implacable catador y mitólogo belga radicado en Flores, los describe por sus efectos: “El
Licor del Olvido, es un cordial que suprime el pasado en quien lo toma
y emborracha de esperanzas sin presagios. El efecto del Vino del
Recuerdo, desde luego, es adverso al del licor. Su mezcla, en
condiciones apropiadas, produce improductivas paradojas: nostalgia negra
de lo que vendrá; albino olvido de lo que no fue y un camino largo que
baja y se pierde.”
Para
llegar a un target distinguido, un target Damisela Impertinente, un
target Inversor de Poca Monta, un target vacaciones en Marsella, un
target Oligarterrateniente, baste la sentencia de Dadad, el inmundo
sommelier cosmopolita: “A mí, aclaro, tráigame Ruttini. Otro
vino me parte la cabeza, ostras, salmón noruego, Pommery, jamón de
España, arenques, jabalí, lléveme a los hoteles del Caribe, arrójeme en
las calles excitantes de París, Ámsterdam, Nueva York, Roma, déme
mundo, primer mundo, démelo ya, déme agua de Vichy, un calmante, el
aire de aquí, ay, me descompone.
El reverendo Cajal, beodo fundador de la Parroquia de la Santa Cata, se distancia de la escuela primermundista y predica la oración y la plegaria que abastece inmunidad contra snobismos: “Dios mío encarcelado en la ESMA,
amordazado con dureza de blasfemia, rotos tus párpados de silencio,
sujeto por cadenas sin tiempo, con atuendo de presidiario en el vacío;
conjugando el amor con el verbo, estamos congregados para invocarte, no
te alejes de nuestra mesa -pan de espíritus hogareños- danos el
exterminio del enemigo que te afrenta. La bendición que no sojuzga
cáiganos de tu exilio, para verternos nuevos a tu reino. Amén.”
Ligue
dulcemente los ingredientes y está listo para beber. Advertimos a
quienes beben para olvidar que los cuerpos de la tristeza flotan todavía
en nuestras copas. A quien lo apremia el olvido, pero trata de no
merecerlo, y no se falsifica una inocencia merced al olvido de sus
culpas, lo invitamos a alzar su copa a la salud de todos nuestros Pacos,
que prometieron vivir ochenta años y por los muchos Juanes que entonces les creímos. Y les creemos todavía. Y no dejamos de nacer en su memoria. Salud.
Manuales del PJ endecasílabo. Compilador: TEDESCO, Luis. Ediciones ADN peronista.
Cómo cocinar La letra-dura
/Tony Zalazar/
inAgredientes: 1
cuerpo resistente, 1/2 kilómetro de pan saqueado, 1 buen polvo de
noche convulsa, 2 largas lágrimas de plomo, 24gr. de confianza rallada,
1 ideal cáscara colorada y varios hociquitos de ratas verdes. 76 latas
de conserva de ambición, ceguera, mezquidad y bosta. Poetas
imperecederos a gusto.
Comience
por dorar su cuerpo en el fuego lento de la docencia o intente sentir
al menos un leve calor social, mágico y revelador en el horno de la
palabra. Para esto ud. previamente debe sazonarse con disimuladas
risitas entre los hombres congregados frente al orador, y pensar en
orondos simios parlantes o sencillamente debe haberse ganado la sal
carpiendo, paseando perros y/o haciendo de albañil.
Una
vez que ya no pueda concebir que a uno le paguen por articular
sonidos, y esté ud. frente a un curso de descreídos y risueños alumnos,
empuñe la palabra, revuelva la olla del silencio y contra la dictadura
arremeta hasta el fondo. Al principio tartamudeará un poco, mas no
debe enmudecer su opinión. Ablande la lengua hablando del pan saqueado,
de niños envueltos en identidades falsas, hable de cómo se ralla la
confianza y se impone mediante el terror un plan de miseria.
Una
vez que la historia esté a punto, destape la conserva de ambición,
ceguera, mezquidad y bosta, deje que exhale bien su miasma de opresión,
mientras pele el ideal cáscara colorada y espolvoréese algún poema en
los ojos Soy el siglo liberado de toda fecha y penumbra. Pero cuando
muera, el profeta que hay en mí /se alzará como un niño sin moral y sin
patria./ Madres del futuro; cuidado; cuando muera puedo/ volver. de Miguel Ángel Bustos, poeta secuestrado de su domicilio por militares en el 76, o un Estoy seguro de llegar a vivir en el corazón de una palabra de Paco Urondo, muerto combatiendo la dictadura o se han empezado a recaudar fondos para los militares/ enfermos/ y en las islas malvinas se encontró una sirvienta
publicado ya en el 72. Enseñe y sienta las profecías de los vates.
Recuerde cómo a Santoro lo secuestraron del colegio mismo donde
trabajaba delante de alumnos, sienta las largas lágrimas de plomo
erizarle la piel, transmita la emoción que esos versos destellan. Cuando
su cuerpo emane el fervor de la belleza que perdura y bulle en la
letra dura, estará listo su alimento.
Y si aún no sabe cómo terminar de cocinar su letra dura, siga las instrucciones del poeta chaqueño Luis Argañarás:
manual de instrucciones
hender
la madrugada/ sin pasaporte/ ni género/ ni número/ sin certificado de
conducta/ ni salvoconducto/ atreverse/ a la fulgidez/ de las manzanas/
(los celosos guardianes/ son tigres de papel/ ante un fusil de loto)/ y
llorar/ con toda la sal/ y la espuma/ reír con todas/ las campas/ y
barcos/ purificar la mano/ descifrando un rostro/ anclar la rosa/ en un
regazo puro.
Salud!
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