Waykhuli es un medio gráfico independiente y autogestivo de
comunicación cultural. ¿Qué quiere decir esto? En primer lugar significa que
esta revista que tenés entre manos no depende de poderes políticos ni
empresarios, no tiene banca ni se cotiza en bolsa. Por el contrario, se hace a
pulmón y bolsillo de los involucrados, muchas veces a pérdida, otras veces
haciendo tablas con los costos y las menos, con ganancias mínimas.
Este medio se centra en el contenido
cultural, entendiendo la cultura como ese maná que nos alimenta y define, nos
identifica y contiene, apostando sobre todo a la cultura como un espacio de
libertad. “Waykhuli se mueve gracias
a un grupo de personas, que de manera permanente e intermitente trabaja para
que cada tanto podamos permanecer en el circuito cultural de Resistencia. Hace
ya tres años [en 2011] que nos sostenemos de manera autogestionada al igual que
muchos grupos independientes de la región”, explicaba en su momento la editorial
del número 8 a modo de definición.
El carácter independiente y autogestivo
del medio también implica otras cosas. Primero, que ningún integrante, cómplice
o colaborador de Waykhuli cobra por
su trabajo. O sea que quiénes escriben, corrigen, diseñan y arman la revista lo
tienen que hacer en su tiempo libre – no sólo de cultura o comunicación vive el
hombre – y por amor al arte. Al no poder garantizar rentabilidad, Waykhuli no puede dar trabajo,
incorporar recursos humanos estables a su staff, ganar en cantidad de páginas
ni invertir para mejorar en calidad de contenidos, formato o impresión.
Esto hace que usualmente no se pueda
mantener una continuidad ni previsibilidad en la salida a la calle y en el
contacto con los lectores.
Otra dificultad es la difusión. Los
costos de impresión sólo se ven superados por los costos de distribución de un
medio. Waykhuli así pasa de mano en
mano, enlazando amigos y conocidos, gracias a la publicidad del boca a boca y
las redes sociales. Pero es impensable – por cuestiones de tirada y de costo –
que la revista llegue por los canales tradicionales a las localidades del
interior o cruce las fronteras provinciales.
Esta enumeración de inconvenientes no se
trata de una arenga en contra de la producción de medios con autogestión y
autodeterminación. Sino que justamente para tratar de subsanar estas
dificultades – y otras tantas que no fueron mencionadas – es que se encuentra
bajo análisis el proyecto de Ley de Promoción de la Producción
Independiente y Autogestiva de Comunicación Cultural por Medios Gráficos y de
Internet. Esta iniciativa es impulsada por el diputado Jorge Rivas, con el
acompañamiento de Arecia (Asociación de Revistas Culturales Independientes de
Argentina).
CONTENIDO DE LA LEY
Este proyecto de ley puede ser interpretado como un enriquecimiento de la
Ley de Servicios Audiovisuales, que actualmente contiene un vacío importante.
En los fundamentos de la iniciativa se asegura que la Ley de Servicios
Audiovisuales es un “instrumento que ha significado la
democratización de los espacios televisivos y radiales, pero ha omitido a las
publicaciones culturales gráficas y de Internet, independientes y autogestivas,
sin las cuales esa misma ley no hubiese contado con canales de debate y
difusión”.
De ser sancionada, la Ley de Promoción
de la Producción Independiente y Autogestiva de Comunicación Cultural por
Medios Gráficos y de Internet constituiría un reconocimiento a la tarea social
que cumple el sector, batallando contra la monopolización de contenidos y de
voces, y dando difusión y apoyo a protagonistas, producciones y creaciones
culturales alternativas.
La Garganta Poderosa, una de las publicaciones
independientes y autogestivas distintivas de Argentina, se manifestó en un
sentido similar en uno de sus artículos: “¿cuál será la razón
para discriminar a la gráfica de la nueva ley que rige en radio y televisión? Hace falta legislar para el aguante de los emprendimientos
autogestivos, que no sólo requerimos reconocimientos simbólicos, sino también
impositivos. De una vez por todas, entre el aplauso y la palmadita, habrá que
sentarse a hablar de guita. Porque el debate emitido por todos los canales,
sobre las condiciones audiovisuales, sentenció que no se puede alcanzar la
igualdad, sin distribuir la voz con equidad”.
A este respecto el proyecto de ley tiene por objeto el
fortalecimiento de las empresas sociales dedicadas a la producción
independiente y autogestiva de comunicación cultural por medios gráficos e internet.
La norma prevé la creación de instrumentos para alcanzar un desarrollo más
integrado, equitativo y eficiente de la estructura productiva. Los beneficios
de la ley son destinados prioritariamente a cooperativas, asociaciones civiles
y pequeñas y medianas unidades productivas.
Se instituye la creación del Fondo
Nacional de Desarrollo para la Producción Independiente y Autogestiva de
Comunicación Cultural Independiente, que tiene como objetivo realizar aportes
de capital y brindar subsidios a mediano y largo plazo para inversiones
productivas, y con respecto a los créditos se considera un régimen de
bonificación de tasas de interés para las empresas sociales tendiente a
disminuir los costos y favorecer su acceso a esta modalidad de financiación.
Otro de los puntos importantes de la iniciativa
establece que los Ministerios de Cultura y Educación deben destinar partidas
para la adquisición de lotes substanciales de cada publicación, sin que
interfieran motivos políticos, religiosos, morales o de cualquier género
discriminatorio. Las producciones así obtenidas deben destinarse exclusivamente
a las bibliotecas escolares y públicas.
Por su parte el
Ministerio de Comunicaciones, Transporte y Obras Públicas debe otorgar tarifas
postales preferenciales a las empresas sociales de este sector. Y además, en el
marco de la promoción y la divulgación, los medios de comunicación estatales
deben facilitar tiempo y espacio para difundir las publicaciones independientes
y autogestivas.
Desde Cítrica, revista que nació hace un año y
lleva publicados cinco números, se reconoce la importancia de la ley. La
publicación fue fundada por los ex trabajadores del diario Crítica, que cuando cerró quedaron en la calle y optaron por la
acción autogestiva como medio de expresión. En su última editorial opinan que
el proyecto legislativo “permitirá, entre otras cosas, ingresar a todas las
revistas al financiamiento y al crédito. Pero también a la distribución y a la
difusión, espacios actualmente cooptados por los grandes medios de
comunicación. (…) En resumen, una ley para proteger a un sector tan diverso y
representativo, para que ninguna crisis económica ni ningún medio de
comunicación dominante puedan quitarnos este periodismo cooperativo, autónomo,
federal, solidario y cítrico”.
La
Ley de Promoción de la Producción Independiente y Autogestiva de Comunicación
Cultural por Medios Gráficos y de Internet entiende que “otra
forma de comunicación es posible”. Como dice en los fundamentos: “una forma de
comunicación que no aliente la competencia, sino la convivencia de diferentes
modos de percibir y expresar la vida. Una forma de comunicación que no busca el
lucro, sino la sostenibilidad de cada proyecto. Una forma de comunicación cuya
medida de éxito no es el crecimiento individual, sino el colectivo: las
publicaciones culturales independientes y autogestivas serán cada vez más
importantes si crecen en cantidad de títulos porque así se estarán
multiplicando públicos, ideas y creaciones”.
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